Durante el año 1924 el alemán Otto Heinecke llegó a nuestro país con la misión de promover un paracaídas de su invención. Pese a haber visitado otros países del continente americano, no había podido encontrar voluntarios para saltar desde un avión usando el artefacto.
Después de dos meses de permanencia en nuestro país Don Otto encontró dos voluntarios que decidieron arriesgarse a probar el invento. El primero de ellos, y a quien recordamos en esta nota, fue el Teniente de Ejercito Francisco Lagreze Pérez, quien volando en un De Havilland DH–9 pilotado por el Teniente Oscar Herreros Walker, se lanzó desde 800 metros de altura un 28 de septiembre de 1924, desde El Bosque.
De este modo se efectuó el primer salto en paracaídas en Chile, realizado por un chileno.