A un año de Pandemia por coronavirus hemos escuchado tantas frases como “son tiempos difíciles”, “estamos colapsados”, “es agotador”, “esperemos que termine pronto”. No hay duda de que ha sido un año y más muy complejo, que ha puesto a prueba nuestras capacidades de adaptación a lo desconocido, nuestra resiliencia y empatía.
Han quedado en evidencia nuestras emociones, fortalezas y debilidades. La incertidumbre ha opacado la felicidad y hoy nos encuentra ad portas del Día de la Madre, fecha trascendente para las familias. Será un día distinto, quizás sin poder abrazar a nuestros hijos o a nuestras madres como lo hacíamos antes. Es un día de dulce y agraz, porque no todos celebrarán, muchos extrañarán su presencia física y solo el recuerdo se hará presente.
La vida continúa y a pesar de las situaciones que nos afectan, debemos levantarnos nuevamente y seguir entregando lo mejor de nosotros mismos cada día. Muchas madres han dejado sus trabajos presenciales, muchas perdieron su fuente laboral y han debido reinventarse, explorando sus talentos muchas veces desconocidos, multiplicando sus roles como madre y trabajadora.
En este día tan significativo queremos enviar un mensaje de esperanza, invitando a ver lo positivo, a disfrutar de las pequeñas cosas, a ver la vida con sentido de agradecimiento por todo lo aprendido, por lo vivido y por todo lo que tenemos para reencantarnos, buscando en nuestro ser interno la fortaleza para seguir presentes, especialmente en la vida de los hijos y en la protección de la familia.
Más que un saludo, el personal del Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, envía su reconocimiento a todas las madres, chilenas y extranjeras, por su valentía y entereza para enfrentar los nuevos tiempos que exigirán aún más cambios, pero que sin duda, una vez más hará evidente la fuerza que impulsa al mundo…el amor de las madres.