El 21 de agosto de 1910 ha quedado registrado en las páginas de nuestra historia aeronáutica como el día en que se efectuó el primer vuelo de un avión en Chile. Este singular hito se produjo en la entonces llamada chacra “Valparaíso” de la capital, lugar que corresponde actualmente al sector de las calles Ramón Cruz con Irarrázaval, en la comuna de Ñuñoa.
El aparato utilizado para tan significativo evento, y cuyos dueños eran David Echeverría Valdés y Miguel Covarrubias Valdés, fue un frágil aeroplano Voisin celular con motor Gnome de 50 hp.
Ese día, Don César Copetta Brosio, osado piloto de origen francés avecindado en nuestro país, se elevó por primera vez en Chile, pasando a formar parte inicial de la lista de gloriosos aviadores que han dado prestigio a nuestra aviación.
Su segundo despegue también tiene méritos propios, pues al llevar en su avión a Don David Echeverria, se convirtió en el primer vuelo con pasajero.
Aunque posteriormente la aeronave sufriera un accidente, y no pudiera ser presentada para el centenario de nuestra independencia, con esta memorable acción, nuestro pionero abrió las puertas para el desarrollo aeronáutico actual, el cual podemos aquilatar al analizar las enormes cifras e indicadores alcanzados y que posee actualmente el ámbito aeronáutico.
Don César Copetta B., falleció el 27 de octubre de 1940 en un accidente de aviación en Los Cerrillos, mientras probaba un aparato que el mismo había modificado.
El Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, consciente de su misión, en conjunto con especialistas de la Universidad Nacional Andrés Bello, ha construido una réplica en tamaño natural del avión Voisin celular utilizado en este trascendental primer vuelo. Dicho aparato forma parte de la colección de aeronaves de nuestro Museo y puede ser visitado por el público que acude habitualmente a este centro cultural.