Nuestro prócer aeronáutico David Fuentes S. (1885-1951), era un joven acaudalado que vivía en Talcahuano y durante un viaje de placer que realizaba en Europa, conoció al Capitán Manuel Avalos P. quien iniciaba su curso de vuelo en la Escuela de Etampes, Francia.
Ambos cultivaron una gran amistad lo que llevó a Fuentes a entusiasmarse e inscribirse en la misma escuela, obteniendo su brevet de piloto aviador el 22 de octubre de 1912.
Su siguiente paso fue adquirir un monoplano Bleriot XI-2 biplaza de 80 Hp. de potencia, el cual una vez armado y probado en nuestro país, bautizó con el nombre de “Talcahuano”, su ciudad natal.
Posteriormente, Fuentes se dedicó a ofrecer exhibiciones gratuitas al público y a realizar diversos vuelos que glorificarían la aviación civil nacional.
Los más relevantes se iniciaron en mayo de 1914, al realizar el primer vuelo entre Talcahuano y Angol, cubriendo la distancia entre ambas ciudades en una hora y diez minutos. En dicha localidad, realizó vuelos de exhibición ante el público, acompañado de algunas de las primeras mujeres que volaron en Chile; Gabriela Figueroa, Eloísa Fernández, Mariana Conejeros y Matilde Soto, distinguidas damas de la sociedad angolina.
Al mes siguiente, el 27 de junio, Fuentes obtuvo el record sudamericano al elevarse en su Bleriot a una altura de 3.150 metros sobre Concepción, durante este vuelo el entusiasta piloto estuvo acompañado por el Capitán de Corbeta Guillermo Vargas.
Más tarde, el 8 de agosto de ese mismo año, Fuentes efectuó el primer vuelo civil nocturno sudamericano con pasajero entre Talcahuano y Concepción, oportunidad en que estuvo acompañado por el vecino porteño, Rafael Andrews U.
Imbuido de un gran espíritu patriótico, el 18 de septiembre de 1914 realizó el primer vuelo entre Concepción y Santiago (Paine) recorriendo 450 Km., en un tiempo de poco más de 5 horas, a un promedio de velocidad de 90 k/h, batiendo el record sudamericano de distancia.
Todos estos logros aeronáuticos, incluyendo años más tarde el cruce del Estrecho de Magallanes y el paso por el viaducto de Malleco, realizados en una época en que los aviones eran de madera y tela, significaron una gran contribución al desarrollo de nuestra Aeronáutica Nacional.