El primer avión de la serie Moth que llegó a Chile, fue un ejemplar traído por una firma de importadores de maquinarias, herramientas y artículos industriales, llamada Morrison & Co., que tenía sede en la ciudad de Valparaíso y una sucursal en la calle Ahumada, en Santiago.
La aeronave fue embarcada hacia nuestro país en 1925 y el año siguiente entregada a la Escuela de Aviación para su evaluación. Tras aproximadamente 120 horas de vuelo, el avión fue desarmado y su motor revisado, lo que reveló el desgaste de algunas piezas que fue subsanado para continuar operando.
En diciembre de 1927, el Cirrus Moth – comandado por el Capitán Jara – realizó un raid al sur de Chile logrando sin inconvenientes el vuelo de ida y vuelta. Este raid ratificó las capacidades del modelo en diferentes condiciones climáticas, sin embargo, el día 9 de ese mismo mes, a consecuencia de un accidente ocurrido a un Junkers que se desvió de su trayectoria y se estrelló sobre varias máquinas de la Escuela, el Moth resultó destruido casi en su totalidad.
Este hecho causó una gran polémica por el cobro que hizo la firma Morrison & Co. al Ministerio a la Subsecretaría de Guerra por el valor total de la aeronave (unas 1.100 libras, equivalentes a 44 mil pesos chilenos de la época) y por la inexistencia de una póliza de seguro para el avión.
A pesar del gran daño del fuselaje de la aeronave, el motor Cirrus estaba en buen estado. Por este motivo, se consignó un presupuesto económico para adquirir un fuselaje a la fábrica, al cual se le instalaría el motor rescatado.
Debido a este incidente, se podría decir que el fin del primer avión de su clase en Chile no fue muy exitoso, pero operacionalmente hablando, permitió que varios pilotos chilenos pudieran efectuarle distintas pruebas siendo considerando un avión de muy buenas características. Por esto, se impulsó la adquisición de una partida de 24 aeronaves similares para dotar a la aviación militar del país.
El 30 de julio de 1928, la firma The DH Aircraft Co. Ltd. de Edgware, Reino Unido, envió los certificados de aeronavegabilidad de los primeros aviones enviados al país. A fines de agosto, el Tte. Coronel Director, Arturo Merino, anunció que los aviones ya estaban en Aduana y solicitó su liberación y traslado a la Maestranza para ser armados y usados en las fiestas patrias de ese año. Las aeronaves se recepcionaron los días 12, 15 y 23 de septiembre de 1928.
Las principales tareas de los nuevos Moth en servicio en Chile, tuvieron relación con la instrucción de nuevos pilotos (Oficiales de Reserva de la aviación militar y alumnos del primer curso de la Escuadrilla de Instrucción), el inicio del funcionamiento de la Línea Aeropostal y la investigación de nuevas rutas aéreas para el correo.
Para el mes de septiembre de 1928, ya eran parte del inventario de la aviación militar chilena 6 de estos aviones, de los cuales 4 obtuvieron matrícula militar en octubre de ese año, operando con los números 1, 3, 4 y 6. En noviembre de 1928, ya eran 18 los Cirrus Moth en servicio.
Actualmente, el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio (MNAE), tiene en exhibición un ejemplar DH-60G Gipsy Moth (FAN 32),diseñado por la empresa inglesa De Havilland en 1929 y reconstruido por personal del museo entre 2006 y 2007.
Este modelo, N° Serie 940, corresponde a la segunda partida adquirida por el Ejército de Chile, que posteriormente sirvió en la Fuerza Aérea y que pasó a ser parte del Club Aéreo de Chile entre 1938 y 1943, inscrito con la matrícula civil CC-XAA del Registro Nacional de Aeronaves. En 1943 fue rematado al Sr. Felipe Neder Garib y se le asignó la matrícula CC-FNG, correspondiente a las iniciales de su nuevo dueño, una costumbre de la época.
En 1949, Neder entregó la aeronave en comodato a la Línea Aérea Nacional (LAN) y a partir de 1992 es exhibido de manera permanente en las instalaciones del Museo Aeronáutico en Cerrillos, como el único ejemplar conservado en Chile.