La Aeronautical Corporation of América (Aeronca), de Ohio, EEUU, fue la primera empresa en introducir un aeroplano ligero que no tardaría en imponerse en este competitivo segmento del mercado de aeronaves. La Serie C, especialmente el modelo 65T, conocido como Tándem o Defender, sería el antecesor del L-3B.
El 21 de mayo de 1941, el Presidente de EEUU, Franklin D. Roosevelt, proclamó un “estado ilimitado de emergencia nacional”. Estaban a punto de ingresar a la II Guerra Mundial, por lo que ordenó ejecutar maniobras de adiestramiento de sus fuerzas armadas. Así, en septiembre de ese año, solicitó a Aeronca cuatro de sus aviones para formar parte de la recién activada categoría de observación táctica y enlace con aeronaves muy livianas, conocida genéricamente como “Grasshopper”.
El 10 de febrero de 1942, Aeronca modificó el modelo de entrenamiento civil Tándem 65TC, para ser evaluado por la Army Air Forces (AAF) y participar en el Programa de Entrenamiento de Pilotos Civiles, recibiendo la designación militar YO-58. De ahí en adelante, se ordenaría la partida de otros 20 ejemplares para ser usados en evaluación operativa, bajo la designación O-58A y O-58B.
El 2 de abril de 1942, el sistema de designaciones de aeronaves de la US Army Air Forces cambió oficialmente la letra que determinaba la misión de la aeronave de la “O” (Observación) por la letra “L” de Liaison (Enlace), siendo desde esa fecha aplicada a los aviones de observación O-58, O-58A y O-58B que pasaron a denominarse L-3, L-3A y L-3B respectivamente.
El empleo de los L-3 por la USAAF durante la Segunda Guerra Mundial fue escaso, la gran mayoría fue empleado para el entrenamiento de pilotos dentro del territorio continental de Estados Unidos.
El L-3B en Chile
Con el objetivo de renovar y dotar de nuevas aeronaves a la aviación deportiva, el 20 de agosto de 1941, se realizó en nuestro país la colecta nacional pro Alas para Chile. Pese a que los resultados obtenidos fueron relativamente buenos, la compra de aeronaves se hizo infructuosa.
EEUU, que había ingresado recientemente a la gran guerra, decidió proveer de diversas clases de aeronaves a Fuerzas Aéreas de Latinoamérica, con el objetivo de contar con la colaboración de pilotos en este conflicto cuando fuera necesario. En consecuencia, Chile recibió una partida de 30 aviones Aeronca L-3B, como parte de un contrato de la US Army Air Force que estipulaba su participación en el plan de defensa continental implementado al inicio de la guerra.
Las aeronaves, que correspondían al último lote de 500 aviones construido para la USAAF, fueron transportadas desde New Orleans en naves chilenas en cinco partidas, realizadas durante mayo y junio de 1943, arribando sin inconvenientes.
Estos 30 aviones no fueron donados, sino que entregados a través de un programa de préstamos y arriendos (Lend-Lease), en el que países afines a las políticas militares estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, podían recibir equipos aeronáuticos para reequipar sus fuerzas armadas. En marzo de 1945, el valor total del pago por estos aviones (incluyendo aeronaves, cuatro motores y cinco hélices de repuesto), fue de US$ 70.969,50.
En cuanto a su distribución, el Club Aéreo de Chile con sede en Santiago y que tenía una gran cantidad de socios, se vio favorecido. Pero esta distribución no estuvo exenta de polémicas, por lo que en agosto de 1943, la Fuerza Aérea de Chile ordenó a la Dirección de Aeronáutica (DA) realizar la distribución de las aeronaves.
Luego de ser ensamblados en la Maestranza Central de la Base Aérea El Bosque, el 14 de agosto de 1943, se realizó la ceremonia oficial de entrega de los primeros diez L-3B, en la que participaron las más altas autoridades del país, encabezadas por el Presidente de la República, Juan Antonio Ríos. Estos ejemplares fueron distribuidos según la resolución DA 12, del 12 de agosto de 1943. En octubre y diciembre de 1943, se entregaron a diferentes clubes aéreos del país dos nuevas partidas de 10 Aeronca L-3B cada una.
El L-3B en el MNAE
Actualmente, el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio (MNAE), exhibe un L-3B, que formó parte de la orden de la Army Air Forces y que llegó a Chile por vía marítima el 15 de junio de 1943. Este ejemplar inició su vida operativa en nuestro país en el Club Aéreo de Chillán, siendo inscrito en el Registro Nacional de Aeronaves con la matrícula CC-XAR y el Certificado de Aeronavegabilidad número 35, el 28 de octubre de 1943.
El 31 de diciembre de 1945, con la restructuración del Registro de Aeronaves Civiles de la Dirección de Aeronáutica, el CC-XAR pasó a ser CC-KHA y el 11 de noviembre de 1953, el Departamento de Inspección Técnica de la Dirección de Aeronáutica, solicitó al Registro Nacional de Aeronaves, rematricular este avión con las marcas CC-SHA.
El último incidente de la vida operativa de este avión, ocurrió el 6 de diciembre de 1971, en la Sub-base Aérea Bernardo O’Higgins de Chillán, cuando un accidente le provocó diversos daños que finalmente fueron reparados. El 3 de mayo de 1976, un informe de inspección de la Dirección de Aeronáutica sentenció el retiro de este avión de los cielos chilenos “por horas cumplidas de motor y tela en mal estado”. El avión tenía entonces 4.470:40 horas de vuelo.
El 10 de septiembre de 1987, la directiva y los socios del Club Aéreo de Chillán se reunieron en una asamblea para determinar el nuevo destino del avión. La decisión de donar este ejemplar al Museo Aeronáutico fue unánime. De esta forma, la aeronave Aeronca L-3B, matrícula CC-SHA, N° de serie 9563, fue entregada al Museo Aeronáutico el 26 de noviembre de 1987.
Una vez en Santiago, el avión fue restaurado por profesionales del museo y exhibido por primera vez en marzo de 1988, durante la Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE). El 4 de septiembre de 2002, por Decreto 818, la aeronave fue declarada Monumento Nacional.