El 12 de diciembre de 1918 quedó enmarcado para siempre en la historia dorada de la aviación chilena. Por primera vez, un piloto chileno cruzaba la cordillera de Los Andes por sus cumbres más altas.
A bordo de un avión monoplano Bristol M1C, de tela, de 400 kilos de peso, con un motor de apenas 110 Hp., sin oxígeno ni calefacción y de cara al viento sobre una nevada cordillera de Los Andes, el teniente Dagoberto Godoy Fuentealba, realizó la hazaña que dio lugar al Día de la Aeronáutica Nacional.
INICIO DE LA AVENTURA:
A las 05:07 horas, en el aeródromo de El Bosque, el teniente Godoy subió al Bristol, encendió el motor y dijo: “Voy a probar el motor y si está bien…”. No se escucharon más sus palabras debido al ruido del escape, cuando se le vio rodar por la pista de tierra hasta despegar.
Poco después de las siete de la mañana, se recibió el primer telegrama dando cuenta del éxito del cruce. Godoy había vencido Los Andes a la altura del monte Tupungato, a unos 6.300 metros de altura, descendiendo a las 06:35 horas en un lugar llamado Lagunitas, cerca de Mendoza.
Aunque sus planes eran aterrizar en el aeródromo militar de Tamarindos, el aviador chileno tuvo que descender de emergencia (por falta de combustible), en un potrero, rompiendo fuselaje, el tren de aterrizaje, un ala y la hélice, daños que fueron irreparables.
“Si alguna emoción experimenté – comentó Godoy- fue la de ver cumplido mi sueño anhelado: observar desde lo alto las cumbres nevadas que tantas veces había contemplado desde el aeródromo. Durante el vuelo, mi preocupación constante fueron el altímetro, la brújula, el funcionamiento de la bomba de aceite y las revoluciones del motor”, relató.
Una vez en Mendoza, Godoy dio a conocer su proeza al Cónsul de nuestro país y luego al resto de las autoridades mendocinas. Conocida la hazaña en Chile, las agencias noticiosas no cesaron de investigar los detalles y pormenores del hecho, resaltándolo como un vuelo de carácter mundial.
Frente al Regimiento de Carabineros, en Providencia, más de dos mil soldados saludaron y arrojaron sus gorras al aire celebrando la gran proeza.
ENTUSIASTA BIENVENIDA:
Cuando el teniente Godoy regresó al país, el 17 de diciembre de 1918, la población capitalina se congregó en el centro de la ciudad, las casas y edificios se embanderaron y arcos triunfales se levantaron en la ruta que recorrería el piloto, ya convertido en un verdadero héroe nacional.
El alcalde de Santiago, Rogelio Ugarte, rindió un homenaje al joven aviador y realizó un desfile en su honor en el que participaron alrededor de 200 mil personas.
El año 1919, Dagoberto Godoy fue distinguido con el grado de Capitán de Ejército. Muchos años después, el 11 de abril de 1956, el presidente argentino, Pedro Eugenio Aramburu, le concedió el título de Aviador Militar “Honoris Causa”, por haber sido el primer aviador chileno en efectuar el cruce de la Cordillera de Los Andes por su parte más alta y el 11 de septiembre de 1957, la Fuerza Aérea de Chile (FACH), le concedería el grado de General de Brigada Aérea.