«En El Bosque, a cinco días del mes de Marzo de mil novecientos veintinueve, yo Carlos Ibáñez del Campo, General de Brigada y Presidente de la República, ante mis Ministros y demás funcionarios que firman esta Acta, declaro inaugurada oficialmente la Línea Aeropostal Santiago-Arica».
Con estas palabras se da inicio a uno de los episodios más notables de la aviación chilena, la creación de la “Línea Aeropostal” Santiago-Arica.
La historia previa:
El visionario aviador, Teniente Coronel Arturo Merino Benítez, preocupado por el ingreso de empresas extranjeras al mercado aéreo en Chile, comenzó el desarrollo de un proyecto para implementar un servicio aéreo nacional, con la finalidad de cubrir la creciente demanda de transporte de pasajeros y correspondencia hacia diversos lugares del país, lo que dio origen al correo aéreo al norte.
Utilizando primero aeronaves De Havilland DH-60 Cirrus Moth y luego Gypsy Moth, pertenecientes a la Aeronáutica Militar, con pilotos militares que volaban a través de postas para ir de ciudad en ciudad desde Santiago hasta Arica, este servicio comenzó a operar oficialmente con el nombre de LÍNEA AEROPOSTAL, a partir de la ceremonia realizada en El Bosque el día 5 de marzo de 1929.
Las mencionadas aeronaves se consideraban poco apropiadas e incómodas para ser utilizadas para transporte de pasajeros, por ello diversos estudios de historiadores indican que por este motivo fue necesario adquirir aviones de mayor tamaño y capacidad.
“En el sentido anterior, en el mismo año de 1929 algunos trimotores Junkers R-42 de nuestra Aviación Militar cumplieron servicios de traslado de personas y carga hacia el sur continental chileno, en una actividad de extensión que luego se concretó más aún con el establecimiento de servicios aéreos militares experimentales a Puerto Montt y Aysén, en 1929 y 1930 respectivamente.
Fueron estos tres servicios, mediante los cuales se intentaba cubrir la mayor parte del territorio nacional con los medios de la aviación del Ejército, los que fueron dando forma a lo que poco después fructificaría como la Línea Aérea Nacional, empresa de corte estatal y monopólico creada oficialmente por norma legal de julio de 1932, siendo su primer director Arturo Merino Benítez. Según lo consignan numerosos documentos oficiales anteriores a la norma de 1932, el nombre “Línea Aérea Nacional” ya se usaba extendidamente para referirse a la creación de Merino.
“Mañana, cuando sean realidad cotidiana los viajes aéreos a lo largo de la República, los que recorran seguro en aviones confortables, mirando desde lo alto el árido y desolado desierto, la intrincada maraña de sus cerros, tal vez no recordarán cómo se ganó eso, a costa de qué esfuerzos, de qué abnegados sacrificios de unos muchachos valerosos que quisieron vencer las dificultades, los peligros y la muerte.”
El párrafo anterior, son las palabras de despedida pronunciadas por el Comandante Arturo Merino Benítez al Teniente Julio Fuentealba, quien tras un fatídico accidente trazaba el legado de una obra de envergadura nacional, convirtiéndose en el primer mártir de la Línea Aeropostal.
El Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio (MNAE) publicó en marzo de 2009, la Monografía “EL AVIÓN LAN 18 y los Fairchild FC-2 en Chile”, libro que recopila antecedentes de la historia del avión, origen, diseño, desarrollo de este monomotor que fue incorporado para transporte de pasajeros y que es parte de la historia aeronáutica del país.
Además, el museo rescató y restauró el LAN-18 accidentado en 1939, proceso destacado como “Arqueología Aeronáutica” y que se exhibe actualmente en el salón principal. Trabajo notable que se inició con la ubicación de los restos, por parte de oficiales de la FACh en una meseta flanqueada por las quebradas de Camarones y Chiza, que luego fueron rescatados por un equipo del Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio el 29 de mayo 2007, liderado por su Director Don Ricardo Gutiérrez Alfaro.