10 enero 2020
El hidroavión Vought Sikorsky OS2U fue desarrollado a fines de la década del treinta para cumplir la tarea de observación y dirección de tiro de acorazados en la marina de los Estados Unidos, cumpliendo esta función de manera notable en las campañas del Pacífico durante la II Guerra Mundial, además del patrullaje antisubmarino y la protección de puertos.
Llegó a nuestro país el año 1942, durante el desarrollo del conflicto bélico mundial, como resultado de un plan de reforzamiento para las fuerzas armadas de países latinoamericanos, que el Gobierno de EE.UU. puso en marcha luego del ataque japonés a Pearl Harbour, en diciembre de 1941.
Ya en servicio, este avión realizó una importante labor en las tareas que la Fuerza Aérea de Chile debió cumplir entre 1942 y 1945 respecto a la protección de las costas del Pacífico de posibles ataques de submarinos, realizando el patrullaje aeromarítimo del litoral, protección de puertos y cooperación con la Armada hasta el término del conflicto en agosto de 1945.
A partir de 1946, se les desmontó el armamento y en los años posteriores fue dedicado principalmente a funciones de entrenamiento de pilotos en hidroaviones. Luego en 1947, el Vought Sikorsky, Nº 308 de la FACH fue escogido como el avión más idóneo para realizar la primera expedición chilena al continente antártico, en lo que sería el primer vuelo de un avión nacional a la Antártica, la labor más importante de este modelo en nuestra historia aeronáutica.
Luego de un accidente sufrido en agosto de 1948, donde resultó con un flotador dañado, el Vought Sikorsky OS2U, N° 308, fue dado de baja por disposición de la correspondiente Investigación Sumaria Administrativa (ISA).
La Fuerza Aérea de nuestro país contó con 15 ejemplares de este modelo, enumerados desde el 300 al 314. Para el año 1959, todos estos ejemplares ya habían sido dados de baja. El último de ellos, el N° 314, que había realizado dos expediciones a la Antártica en 1949 y 1950, fue dado de baja el 3 de marzo de 1959 por un accidente sufrido el 31 de julio de 1958, durante un vuelo de instrucción al mando del teniente Iván Doren y que llevaba como alumno al subteniente, Guillermo Delgado, quienes resultaron ilesos. El V.S 314, capotó y se hundió en la bahía de Quintero. El avión fue retirado del agua y permaneció por varios años al interior de la Base Aérea de Quintero como un monumento.
El año 1980, con motivo de la realización de la primera Feria Internacional del Aire (FIDA, actual FIDAE), fue entregado por la FACH al Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio (MNAE), donde fue restaurado. En primera instancia se le pintó la matrícula 311 y actualmente, con la matrícula 314, luce en excelentes condiciones en el Salón Principal del MNAE como parte de su colección permanente.