Esta semana, en la vitrina de la actualidad hablaremos respecto de la llegada de material de vuelo británico a nuestro país a contar de 1918. Terminada la Primera Guerra Mundial, Inglaterra entrega a nuestro país unos 50 aviones de diferentes tipos, a modo de compensación debido a que la Armada Real utilizó buques de guerra que se construían para nuestro país antes del conflicto.
Entre estos aviones llegados entre 1918 y 1919, se incluían cazas Bristol M1C, Royal Aircraft Factory SE5a, bombarderos De Havilland DH-9, aviones de instrucción Avro 504 K, hidroaviones Sopwith Baby y Short 184 y un bote volador Felixtowe F2A. Los Hidroaviones y el bote volador fueron asignados a la Armada, mientras que los aviones terrestres al Ejército de Chile.
Las capacidades de estas nuevas aeronaves, superaban largamente las características del material francés arribado en 1913, haciendo necesario un reentrenamiento de los pilotos y una formación especialmente cuidadosa de los nuevos postulantes.
Con este propósito, fue que los mayores Huston y Scott, fueron contratados en 1918 y 1920 respectivamente para instruir a los pilotos chilenos, en base a los nuevos conocimientos adquiridos durante la I Guerra Mundial.