49.- Día de la Aeronáutica Civil

La hazaña realizada el 12 de diciembre de 1918 por el Teniente Aviador Dagoberto Godoy Fuentealba, a bordo de un avión Bristol M1-C quedó instaurada como el Día de la Aeronáutica Nacional.

En 1918, minutos después de las 05:00 horas, Godoy se subió en un monoplano Bristol M.1C de la Aeronáutica Militar chilena para emprender el cruce del macizo andino por su parte más alta, en un vuelo que desde 1913 varios chilenos y argentinos habían intentado sin éxito.

Godoy contaba con los permisos y el apoyo necesarios para intentar la travesía, por lo que cuando esa madrugada se acomodó dentro del frágil aeroplano Bristol matrícula C-4988 de la Primera Compañía de Aviación, lo hizo contando con todo el respaldo técnico y administrativo que el Servicio Aéreo del Ejército de esa época podía proporcionarle. A pesar de aquello, la labor resultaba incierta y la aeronave carecía de equipamiento para realizar semejante proeza.

Noventa y tres años más tarde, el país cuenta con un sistema aeronáutico consolidado, donde se integran armónicamente las actividades aéreas, tanto para el intercambio de pasajeros y carga, acercándola al ciudadano común, pasando a ser el sistema de transporte básico para largas distancias. Por otra parte, la industria aeronáutica ofrece nuevas e interesantes perspectivas para el mercado laboral.

Por este motivo, el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, entrega un saludo a los aviadores del país, que contribuyen de una u otra forma a unir esta hermosa faja de tierra y les invitamos a visitar nuestras dependencias donde podrán apreciar la historia de quienes con mística y visión de futuro lucharon para engrandecer las alas de Chile.

Con mucho orgullo podemos decir que nuestro Museo se encuentra en un excelente pie, postura alabada por la revista Brasileña Aero Magazine que nos ubica dentro de los 30 Museos Aeronáuticos mas significativos del mundo, de un universo de mas de 600 museos, sin duda todo un logro y por que no decirlo, un orgullo para nuestro país.

Dagoberto Godoy

Recién acabada la Primera Guerra Mundial, el ejército chileno recibió 12 aviones Bristol M1c que estaban equipados con motor Le Rhone de 110 CV., Los aviones Bristol presentaban condiciones especiales para este vuelo, por la gran altitud que podían alcanzar, pero se necesitaba estar debidamente entrenado y en este caso, el teniente Godoy se preparó para vuelos en altura.

En este contexto, el piloto fue autorizado para efectuar la travesía de Los Andes por  el Jefe del Servicio Aéreo del Ejército, Pedro Pablo Dartnell, quien le entregó su apoyo para esta arriesgada misión.

El viaje no estuvo libre de dificultades y luego del cruce, al intentar aterrizar en la localidad de Lagunitas se estrella contra una alambrada, destrozando gran parte de la aeronave, quedando inutilizada para el vuelo de retorno. La hazaña estaba cumplida y un chileno se alzaba como el vencedor de las Altas Cumbres de Los Andes.